MEGACORRUPCION APRISTA

Ministra Fernández: "Congreso no debe investigar petroaudios".- Evidente intento encubridor de AGP.- Despiden a periodistas que destaparon el caso

Demostrando que no en vano le otorgamos el pasado 23 de marzo de 2008 el prestigioso premio Mucama política de la semana (*), la fámula Rosario del Pilar Fernández Figueroa, actual ministra de justicia de la ratonera alanista, ha solicitado que el Congreso se abstenga de investigar la dolosa adjudicación de lotes petroleros a una empresa vinculada a una de las pandillas del régimen, capitaneada por el delincuente Rómulo León Alegría. La doméstica de AGP ha pedido que la "investigación" quede en manos de dos instituciones corruptas que no ofrecen ninguna garantía al país. Ellas son el Poder Judicial y el Ministerio Público.
Confirmando que sólo usa la cabeza para peinarse, la veterana calabacita Fernández ha indicado que no hay lugar a investigación en el Congreso "debido a que el artículo 139 de la Constitución le otorga al Poder Judicial de manera exclusiva y excluyente todo lo que se refiere a la administración de justicia".
Realmente la servilleta alanista no sabe dónde está parada, como aquella vez que indicó que el roedor León Alegría "estaba cercado". Las comisiones investigadoras del Congreso no buscan administrar justicia sino establecer conclusiones respecto a casos políticos de interés nacional como el de la corrupción del régimen, que dichas conclusiones sean públicas, y que no se escondan del conocimiento de la ciudadanía.
Si añadimos a la maniobra encubridora de la tía Fernández el despido de los periodistas del diario Perú 21 y el programa Cuarto Poder que informaron sobre el caso de los "petroaudios", puede deducirse que el propósito de los roedores alanistas es el de impedir que la corrupción del régimen sea expuesta ante el país. El intento denota el temor de García a que se profundice el conocimiento de las fechorías de la banda de cacos que tan acertadamente dirige.
(*) Como se sabe, el Premio Mucama política de la semana se concede al politicastro que más se haya esforzado en los últimos siete días por cumplir servilmente con las órdenes maníaco-depresivas emanadas del corrupto Palacio de Gobierno.